Día internacional de la Mujer en la Diplomacia

Cada 24 de junio se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la Diplomacia, una fecha que invita a reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la configuración de unas relaciones internacionales más inclusivas, representativas y cooperativas. Desde la perspectiva de una diplomática con más de veinte años de carrera, considero un privilegio formar parte de este proceso de transformación estructural, en el cual las mujeres nos hemos consolidado como agentes clave en el quehacer diplomático.
En el marco de esta conmemoración, tuve la oportunidad de participar en el panel de discusión “Empoderando voces globales: Celebrando a las mujeres diplomáticas en todos los continentes”, junto a las Embajadoras de Irlanda, Nueva Zelandia, Pakistán y Sudáfrica en Singapur. La conversación permitió visibilizar tanto los desafíos que se mantienen en el acceso de las mujeres a espacios de liderazgo, como el valor distintivo de nuestra participación. Coincidimos en que la presencia femenina transforma la naturaleza del diálogo diplomático, promoviendo acuerdos más integradores, duraderos y con mayor impacto en las comunidades.
Esta apreciación se encuentra respaldada por un cuerpo creciente de investigaciones académicas y por informes del sistema de Naciones Unidas, los cuales han documentado que la participación significativa de mujeres en procesos de negociación de paz incrementa la probabilidad de alcanzar acuerdos sostenibles, así como la inclusividad y representatividad de sus disposiciones.
Las mujeres aportan a las instancias de negociación una perspectiva más centrada en el bienestar colectivo, con especial atención a las necesidades de comunidades históricamente marginadas. Este enfoque, orientado por valores como la cohesión social, la justicia y la democracia, enriquece las dinámicas de la diplomacia de hoy. Sin embargo, dichos aportes continúan siendo frecuentemente subvalorados, por lo que resulta imperativo avanzar hacia una resignificación del liderazgo, incorporando nociones como la empatía, la construcción de confianza y la colaboración como componentes esenciales de una diplomacia eficaz y moderna.
En este proceso de transformación, las redes de apoyo juegan un rol importante. En mi experiencia personal, he encontrado en otras colegas diplomáticas—así como en muchos colegas hombres que ejercen una colaboración basada en la igualdad— un respaldo invaluable para el desarrollo de mi carrera. A su vez, la conciliación entre la vida profesional y personal continúa siendo uno de los principales desafíos en la carrera diplomática, lo que nos recuerda la importancia de contar con políticas institucionales que promuevan entornos laborales más equitativos, que permitan dicha conciliación.
En este sentido, destaco los avances de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, el que ha impulsado medidas concretas como la obtención del Sello de Igualdad de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la creación de la División de Género. Estas iniciativas, enmarcadas en nuestra Política Exterior Feminista, constituyen pasos sustantivos hacia la promoción de una participación plena, equitativa y significativa de las mujeres en todos los niveles del quehacer diplomático, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 por la Igualdad de Género.
Este camino a la igualdad de género no debe entenderse como una agenda de las mujeres, sino como una responsabilidad compartida, fundamental para el fortalecimiento institucional y para la calidad del servicio exterior. Debemos continuar trabajando hacia una diplomacia más inclusiva, donde todas las voces sean escuchadas y el ejercicio del liderazgo se caracterice por la humanidad, la apertura y la convicción ética, en consonancia con los principios de la política exterior de Chile.
El lema "Nos importa / We care" encapsula nuestros pilares: sustentabilidad, democracia y diversidad. Ubicados en el sector "Salvando Vidas", destacamos nuestras contribuciones a la transición energética desde proyectos solares en Atacama hasta innovaciones en hidrógeno verde y astronomía mundial.
Las más de 20 semanas temáticas constituyen el corazón de nuestra participación, mostrando cómo Chile evoluciona más allá de exportar materias primas hacia sectores de alto valor agregado. Ya no solo exportamos cobre o litio; ofrecemos tecnologías sustentables, servicios especializados en energías renovables y desarrollos astronómicos de clase mundial.
Destacamos especialmente dos áreas menos tradicionales: servicios e industrias creativas. Nuestras exportaciones de servicios a Japón crecieron 416% entre 2020 y 2024, alcanzando US$31 millones, con oportunidades no solo para servicios innovadores, sino que también para servicios ligados a las industrias creativas, tales como videojuegos, editoriales, audiovisuales, entre otros.
En ese ámbito, Chile ya brilla en Japón con su pujante sector de videojuegos —reconocido internacionalmente y presente en nueve ediciones consecutivas del Tokyo Game Show, una de las ferias más reconocidas de videojuegos en Asia— y con su industria audiovisual de clase mundial, galardonada con más de 300 premios internacionales en 2023 y dos premios Oscar, con destacadas participaciones en el Tokyo International Film Festival.
El intercambio con los otros 160 pabellones fortalecerá nuestra aspiración hacia una economía del conocimiento. Esta Expo se convierte en un laboratorio donde Chile absorbe mejores prácticas mientras aporta soluciones propias, incluyendo nuestro ecosistema de startups que ya escala a mercados globales.
Este intercambio de experiencias y conocimientos tuvo una expresión concreta durante nuestro Día Nacional del 12 de mayo, cuando la delegación encabezada por el Presidente Boric, junto a ministros, parlamentarios, empresarios y artistas nacionales, convirtió la Expo en una gran vitrina de la riqueza integral que caracteriza a Chile, reflejando el compromiso país con esta importante plataforma internacional.
Con 128 años de relaciones diplomáticas con Japón, profundizamos hoy la colaboración cultural, académica, científica y tecnológica, expandiendo hacia servicios especializados que nos posicionan como socio estratégico. Esta diversificación refleja cómo Chile se transforma hacia un proveedor integral de soluciones sustentables.
A lo largo de la Expo estaremos generando múltiples encuentros con empresarios e inversionistas japoneses, intercambios científicos y culturales, todos ellos fundamentales para posicionar nuestra renovada propuesta de valor ante Japón, nuestro tercer socio comercial. Con más de cuatro meses cruciales por delante, seguiremos aprovechando cada oportunidad que ofrece esta extraordinaria plataforma global para consolidar esta nueva imagen de Chile como actor relevante en los desafíos del siglo XXI.