Canciller Antonia Urrejola participa en conmemoración de los 40 años del Fondo Voluntario de la ONU para las Víctimas de la Tortura
La Ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, participó en la conmemoración de los 40 años del Fondo de Contribuciones Voluntarias de la ONU para las Víctimas de la Tortura, que se desarrolló en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Dicha instancia fue creada en 1981, luego de las serias violaciones a los derechos humanos ocurridas en nuestro país, y desde entonces se ha encargado de promover la reparación integral a sobrevivientes de tortura y personas defensoras de los derechos humanos.
“Para Chile, la creación de este Fondo guarda un estrecho simbolismo con su pasado. Un pasado oscuro, que ha dejado por siempre las cicatrices en tantas personas, familias y en la sociedad entera, pero del cual también surge con fuerza el compromiso de desplegar todos los esfuerzos para la prevención, sanción y reparación de los actos de tortura, donde sea que estos ocurran”, sostuvo la Canciller.
“Este compromiso también nos inspira para avanzar en materia de memoria, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición de todas las violaciones de derechos humanos ocurridas durante la dictadura, pero también de aquellas que han tenido lugar desde el retorno a la democracia”, añadió.
Compromiso de Chile con una agenda en derechos humanos
Dentro de los ejes centrales del Gobierno de Chile está la agenda de derechos humanos, que busca llevar adelante una política de Estado en materia de reparación a víctimas y familiares de la dictadura militar.
En este sentido, la Canciller subrayó que “cuantificar el daño producido por la tortura, tanto a la víctima, su familia y al tejido social en general, es muy complejo. Por lo mismo, la reparación integral y la preservación de la memoria histórica, como también la memoria en su mención individual, juegan un rol clave en la garantía de no repetición”.
Cabe destacar que el fondo apoya a 120 países del mundo y en 2022 se han otorgado 179 subvenciones anuales a organizaciones de la sociedad civil para ejecución de proyectos de asistencia directa a más de 46.000 sobrevivientes de tortura y sus familias.
Entre las personas beneficiadas destacan niños, niñas, adolescentes, personas refugiadas y migrantes, así como víctimas de desapariciones forzadas, pueblos indígenas, víctimas de violencia sexual y de género, entre otras.