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Relación bilateral

La República de Chile y la República Popular China establecieron relaciones diplomáticas en 1970. Chile fue el primer país de Sudamérica en hacerlo. Desde entonces, los vínculos bilaterales han crecido significativamente en diversos ámbitos. En 2012, ambas naciones alcanzaron el estatus de socios estratégicos, y en 2016 la relación fue elevada a Asociación Estratégica Integral, una categoría que China reserva para países con relaciones sólidas y prometedoras perspectivas de desarrollo. Actualmente, los esfuerzos conjuntos se centran en diversificar los vínculos, abarcando áreas como inteligencia artificial, exploración espacial, astronomía, educación, entre otros.

En el ámbito comercial, Chile ha explorado oportunidades para posicionarse como un proveedor confiable en la cadena de suministros globales, destacándose, entre otros, en la exportación de productos agrícolas de alta calidad. Actualmente, China es su principal socio en la materia.

Un rol clave en el ámbito de inversión e interconexión lo desempeña la participación de Chile en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. En este contexto, Chile ha estado presente en tres Foros de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, con la asistencia de los presidentes Michelle Bachelet (2017), Sebastián Piñera (2019) y Gabriel Boric (2023).

Otro de los ámbitos destacados es la cooperación entre regiones, caracterizada por un dinámico intercambio de delegaciones. Este esfuerzo se ha materializado en más de 30 instrumentos —acuerdos, convenios, cartas de intención, memorandos y protocolos— que permiten a las autoridades regionales trabajar conjuntamente con sus contrapartes chinas en diversos sectores.

Por su parte, la cooperación en ciencia, tecnología e innovación se ha consolidado como un pilar fundamental para el progreso mutuo. Desde la firma del primer acuerdo en 1980, esta colaboración ha evolucionado hacia una asociación de largo alcance, marcada por el fortalecimiento del capital humano, el impulso a la investigación colaborativa y la creación de centros de excelencia científica. Además, se ha promovido activamente el intercambio de estudiantes, investigadores y profesionales a través de programas de becas de pregrado y posgrado, así como iniciativas recientes para desarrollar centros de investigación conjunta en áreas como energías renovables y tecnologías sostenibles.