Sala de Prensa
Usted está en:  Portada
Hotel Crown Plaza, lunes, 5 de noviembre de 2007
Seminario organizado por la Concertación
Comparte :

Quisiera destacar lo positivo que es que los partidos de la Concertación estemos haciendo este ejercicio, este esfuerzo, de mirar al futuro con una perspectiva de largo plazo. Creo que eso nos hace bien, en un momento en el cual el debate político ha estado concentrándose excesivamente en la coyuntura, sin relación con la situación objetiva en que se encuentra el país, su economía y su situación social. Pero, además, con una Concertación que tiene todas las razones para pensar, me parece a mí, que tiene un largo futuro por delante, que tiene una real capacidad de continuar el trabajo que se ha estado haciendo durante estos 17 años en una próxima gestión de Gobierno. Así es que felicitaciones por este evento, saludando a los presidentes de los partidos que se encuentran aquí presentes, mi colega José Goñi, ministro de Defensa, algunos señores embajadores. Quisiera entonces entrar directamente en el tema.

Lo primero sería decir que si uno observa la naturaleza de las iniciativas y los temas que ha estado poniendo el Gobierno de la Presidenta Bachelet en el ámbito internacional, desde hace ya por lo menos un año y medio, hay un tema que es absolutamente recurrente y no es casualidad que sea recurrente, sino que es una manifestación muy deliberada de instalarlo en la agenda latinoamericana, por razones que voy a explicar en un minuto. Y este tema es el de la inclusión social o, para ponerlo en el lenguaje habitual de las discusiones internacionales, el tema de la cohesión social.

La Presidenta Bachelet planteó por primera vez la idea de que ésta fuera una iniciativa para toda la región en la Cumbre de Viena, el año pasado, la Cumbre América Latina-Unión Europea. La idea fue aceptada por todos los países y ha habido una sucesión de eventos, hasta ahora todos en Santiago, en que se ha invitado personeros destacados de los distintos países, precisamente para discutir esto entre europeos y latinoamericanos.

Hubo un Foro Unión Europea - América Latina, hace aproximadamente seis semanas, después fue el Foro de Biarritz, que incluyó además de personas de los distintos ministerios e instituciones de gobierno, a personas del mundo académico, empresarios, etc. Y ahora viene, justamente esta semana, la Cumbre Iberoamericana, sobre exactamente este mismo tema. Menciono esto porque, de alguna manera, eso es significativo de algo que estamos tratando de hacer con la política exterior de Chile.

Desde luego quiero señalar y advertir, que la política exterior del gobierno de la Presidenta Bachelet, tiene una obvia línea de continuidad, con lo que ha sido la política exterior de los tres gobiernos anteriores de la Concertación. Tal vez si hubiera algún rasgo que se ha tratado de agregar, que no es que estaba ausente, sino que correspondía a un mayor énfasis en este período, es tratar de conectar la visión del desarrollo que nosotros tenemos como Concertación. Los caminos del desarrollo, los desafíos, las tareas principales que el país requiere en cuanto a su transformación interna, conectar esto con la política exterior. De tal modo de poder compartir nuestras experiencias, en términos de este intento que ha habido durante estos 17 años de proyectarse hacia adelante con un país que intenta mantener un proceso de crecimiento muy dinámico, pero al mismo tiempo, un país que avanza sustantivamente, todos los días, continuamente, en dirección de la equidad. Que en su primera fase tenía un énfasis muy fundamental en la revisión de pobreza. Eso es lo que está marcando el actual gobierno, tiene que tomar el tema de la inclusión social como un tema fundamental. Eso quiere decir, superar toda forma de discriminación, incorporar a todo aquel que se va quedando atrás en el proceso de desarrollo y tendiendo las manos, a través de instrumentos de política pública, a aquellas personas que por alguna razón la vida les depara un evento inesperado, que los hace caer en una trampa, se caen en un hoyo. Tiene que haber un sistema social en el que alguien les tienda la mano para darles una segunda oportunidad. Esto que es el fondo de la filosofía de los gobiernos de la Concertación, quisiéramos ayudar a instalarlo como un tema de fondo en la agenda latinoamericana y tratar, a partir de allí, de generar un proceso gradual de convergencia, de la forma como vemos los caminos al desarrollo los distintos países de la región. No es ningún misterio que hoy hay una diversidad enorme, o más grande que la que había hace 10 ó 15 años, en los caminos al desarrollo en la región. Hay fórmulas que distintos países están ensayando, que tienen características nacionales propias y algunos pesimistas dicen que aquí va a ser muy difícil converger en un proceso de integración, porque los caminos son muy distintos. Nosotros queremos hacer la simulación contraria. Queremos decir que, lo que tenemos que hacer es buscar una manera de converger en torno de temas concretos, sustantivos, en los cuales podemos estar de acuerdo y a partir de allí crear las instituciones que permitan avanzar en la integración.

En este tema de la inclusión social es obvio que el aporte europeo, en cuanto a las lecciones, experiencias, inventarios, aciertos, errores y fracasos, es una experiencia extremadamente valiosa para nosotros. No tenemos por qué ocultarlo, no tenemos ningún complejo al respecto. Europa, si escuchamos el fin de semana a Felipe González en el Foro Iberoamérica, más bien la forma como él definía la situación europea, es precisamente que a partir de los años cuarenta, Europa descubrió más tempranamente que otros lugares en el mundo, que las democracias que recién se empezaban a consolidar no iban a poder mantenerse establemente en el tiempo, con un grado de satisfacción ciudadana adecuada, si no se instalaba desde el principio esta noción que los ciudadanos tenían todos derecho a sentir que en un plazo razonable de tiempo les iban a incorporar los beneficios del proceso de desarrollo. Que iba a haber un piso de protección social, para los sectores más vulnerables y que de alguna manera seguían respondiendo a la inseguridad económica que se generaba y que aumentaba a medida que esos países se abrían más al mundo y se integraban a la economía mundial. Lo que decía Felipe González, es que Europa lo ha hecho extraordinariamente bien, la cohesión social es un logro fundamental en estas décadas en Europa. Él, más bien, planteaba la crítica de que a partir de los acuerdos de Lisboa, en que Europa decía que tenía que remecer sus estructuras económicas para desarrollar más una capacidad emprendedora, competitiva en el mundo y no perder terreno frente al Asia, Estados Unidos o Japón, que esa segunda parte era la que Europa hoy día necesitaba con más fuerza.

Bueno, en el caso nuestro es obvio, que si algún déficit histórico tenemos nosotros y los países de América Latina, es más bien por el lado de la inclusión social, que es otra manera de mirar el antiguo tema de las desigualdades. Es verdad que si uno mira el coeficiente de Gini de América Latina con los de Europa o Estados Unidos o países incluso del Asia, tenemos una tarea enorme por delante para reducir las desigualdades. Esto se enmarca obviamente dentro del ámbito prioritario de nuestra política exterior que es el área donde vivimos, donde nacimos, donde está nuestra historia, donde está nuestra cultura, que es América Latina y el Caribe.

Nosotros estamos participando en todas las instancias de cooperación e integración que están señaladas en la región. Queremos sacarnos de encima ese síndrome que algunos repiten, yo no sé si es tan adecuado repetirlo o tan exacto, que en cierta medida pensamos que porque hemos tenido cierto éxito económico, algunos chilenos afuera en la región se sienten demasiado seguros de sí mismo, por no decir un poquito arrogantes. Y que no hemos tenido una imagen adecuada en nuestra política exterior en cuanto a mostrarnos más como un país amable, empático, que se pone en el lugar de otros y que trata de construir puentes de cooperación, en el plano político, en el plano de las organizaciones sociales, las universidades, etc.

Para nosotros este último elemento es tan importante como los TLC y otros temas. Hemos tomado recién una decisión, que es una pequeña ilustración de lo que queremos decir, cuando la semana pasada o ante pasada se tomó la decisión de tomar el tema de los inmigrantes e intentar dar una solución que es absolutamente unilateral, que nosotros decidimos por razones precisamente de ser un país más acogedor y dar esa imagen de un país más acogedor. Correspondía que éstas más de veinte mil personas, que no tenían ningún derecho, que estaban discriminados, segregados, en empleos de mala calidad, etc, pudieran tener acceso a los beneficios sociales que tiene acceso un ciudadano chileno. De tal modo que con un sistema y un procedimiento bastante simple pudieran regularizar su situación. Pero también les puedo decir que este tipo de cosas vamos a seguir haciéndolas. Hay algunas que están en marcha, que no puedo anunciar todavía, pero que indican que nosotros cuando decimos que nuestra prioridad es la región y que queremos avanzar hacia la integración en la región, estamos tomando en cuenta no sólo el factor formal de las instituciones o los tratados jurídicos, sino que queremos crear un clima de mucha mayor amistad, confianza, credibilidad recíproca a través de acciones específicas que se toman todos los días.

En este mismo plano, les quiero señalar que estamos desarrollando con organismos internacionales políticas de cooperación que nadie nos ha solicitado. Esta es una iniciativa del Gobierno de la Presidenta Bachelet. Con Centroamérica, por ejemplo, tenemos un programa de cooperación donde Chile pone recursos, como contraparte de los recursos que pone un organismo que es el BID. Además, tenemos en plena marcha un proyecto de cooperación en los temas de innovación y desarrollo tecnológico en todos los países de Centroamérica. Se están presentando proyectos, hay un pequeño jurado, del BID y de la Cancillería, que va a permitir discutir experiencias como la de la Fundación Chile o como la de Chile Innova, CORFO, con nuestras contrapartes en América Central.

En el Caribe, estamos llevando adelante un programa en conjunto con la OEA, para apoyar y financiar proyectos sociales donde Chile pone recursos significativos para nuestras posibilidades, y donde la OEA implementa sobretodo en los países más pobres del área del Caribe.

Con la Corporación Andina de Fomento, instalamos un fondo para los países andinos, que es un fondo del Pacífico y la idea es provocar, por ejemplo, encuentros de Pymes de los distintos países andinos para que juntos vayan a mirar la realidad de los países del Asia Pacífico, a ver qué negocios pueden crear, cómo se establece asociatividad entre las Pymes, etc.

Recién lanzamos, hace unos 15 días, un programa de becas para los latinoamericanos que vengan a hacer doctorados o programas de magíster en Chile. Vamos a partir con 100 becas al año, en un programa conjunto que realiza la Cancillería con CONICYT y donde esperamos recuperar esa forma que existió en los años cincuenta y sesenta, en torno a organismos como la CEPAL, entre otros, donde mucha gente que vino de países de América Latina, hoy son amigos nuestros, son gente con los que trabajamos juntos. Creemos que eso, en un momento en que todos los países se están integrando al mundo, es un elemento importante en una política exterior.

Desde el punto de vista de países como Argentina, Brasil y Uruguay, tenemos con ellos una relación realmente muy cercana y se va a demostrar ahora en la Cumbre Iberoamericana en las reuniones bilaterales. Probablemente, se va a reactivar una mayor coordinación entre estos países que antes se llamaban del ABCU, sobretodo en algunos temas multilaterales. De hecho, por ejemplo, las candidaturas en el Consejo de Derechos Humanos están coordinadas con Brasil y Argentina, estamos trabajando juntos en esa materia y muchas otras materias de ese tipo.

Con Bolivia y Perú estamos avanzando en agendas positivas. Si vieron la entrevista al Presidente Evo Morales el fin de semana en la prensa chilena, se darán cuenta de que lo que estoy diciendo no es música, no son sólo palabras. Realmente, en cierta medida, es sorprendente el tipo de relación que hemos podido desarrollar con el equipo del Presidente Evo Morales y estamos avanzando en esa agenda desde esos puntos.

Con el Perú, esperamos avanzar en lo que hemos llamado la agenda positiva. Estamos y vamos a seguir haciendo un esfuerzo para que eso no se mezcle con el tema que está pendiente, que Perú anunció que va a ir a La Haya por el tema del límite marítimo. En eso vamos a necesitar la colaboración de todos ustedes para crear un clima adecuado en el país, que nos permita que una cosa no anule a la otra y que seamos capaces, efectivamente a través de acciones muy específicas y concretas, como la que hicimos en migración, la que hizo el Perú al enviar los restos de algunos soldados a Chile y otras cosas de ese tipo que estamos haciendo y que vamos a seguir haciendo. Como iniciativas conjuntas ojalá en el Asia Pacífico, el P4, hemos planteado muchas ideas a nuestros colegas en Perú, esperamos que se puedan llevar adelante a futuro.

En el tema de integración hay muchas cosas encima de la mesa. Hay temas simultáneos que tenemos que ordenar. Está MERCOSUR, con las dificultades que todos sabemos. Hemos entrado a la CAN como país asociado y estamos trabajando muy activamente en construir un consenso para lo que se ha llamado el acuerdo constitutivo de la UNASUR, la Unión Sudamericana de Naciones, en que los jefes de Estado debieran reunirse a fines de enero en Colombia para dar su luz verde a este acuerdo constitutivo. Estamos muy activos en el Grupo de Río. Y vamos a fortalecer nuestra presencia, esta es una pelea que empezamos a dar en el año 90, cuando yo estaba en el Ministerio de Hacienda, pero no siempre hubo la comprensión necesaria para hacer mucho más fuerte nuestra presencia en la Corporación Andina de Fomento. Creemos que Chile debe estar ahí, que siempre debió haber estado ahí. Logramos en el gobierno de Aylwin hacer un aporte bastante bajo, 2 ó 3 millones de dólares, estamos a punto de concretar ahora un aporte muy significativo de Chile en la CAF, para hacer valer nuestra presencia para cooperar y colaborar con una institución que es extraordinariamente exitosa, que está prestando casi 6 mil millones de dólares al año, en toda la región. En el directorio de la CAF están todos los países de la región y, por lo tanto, es un organismo que se define en función de los intereses del desarrollo y la integración en América Latina.

Por lo tanto, inclusión social es la primera prioridad de la región, junto a un énfasis estratégico en la política de crecimiento. No hay que ser demasiado perceptivo, agudo, para entender que cuando en el mundo los países tradicionales y desarrollados, están creciendo entre dos y dos y medio porciento, Estados Unidos, Unión Europea, incluso Japón, China está creciendo este año al 11,8%, los otros países del Asia están creciendo entre 8 y 9 por ciento. Por lo tanto, está muy claro hacia dónde va el centro de gravedad de la economía mundial. Y me parece que los gobiernos de la Concertación acertaron cuando, casi desde el primer día, buscamos participar como miembros plenos en APEC, me tocó a mí comenzar esa negociación en el gobierno de Aylwin y cuando tomamos una definición estratégica de proyección hacia el Asia Pacífico.

Hoy tenemos en Asia Pacífico un mercado ya abierto, un libre mercado de dos mil quinientas millones de personas y esto es una definición estratégica. Creo que estamos en lo cierto, que no nos hemos equivocado de camino y que el margen de expansión que hay ahí es casi ilimitado. Hay que mirar también a Estados Unidos y Europa, es cuestión de haber seguido las negociaciones de la Ronda de Doha, para darse cuenta hasta dónde estos países están aferrados a un cierto proteccionismo selectivo, no sólo en el sector agrícola, aunque principalmente en ese sector, a través de una política masiva de subsidios y que probablemente a futuro se puedan ir acentuando en otros productos.

Estuvimos en el Consejo de Asociación con la Unión Europea en el mes de mayo o julio, discutiendo, entre otras cosas, los temas comerciales, les pedimos a ellos acelerar la revisión de aranceles que tenemos firmada en el tratado comercial con la Unión Europea y la respuesta fue bueno y qué hacemos con el jamón de Parma, con el queso camembert, con el queso brie. Me mencionaron 15 productos en los cuales ellos creen tener un derecho exclusivo, en el cual productos chilenos no debieran entrar excepto con cuotas muy restringidas. Esas prácticas comerciales indican que, a lo mejor, vamos a tocar un techo en estos mercados y que los mercados del Asia Pacífico, son mercados mucho más dinámicos que van a estar abiertos.

En cuanto al crecimiento, el tema de innovación tecnológica es fundamental en un mundo globalizado. Chile es uno de los países más integrados del mundo, donde la separación entre política exterior y política de desarrollo es cada vez más tenue, sobre todo en el tema tecnológico. ¿Por qué? Los estudios tecnológicos demuestran que es verdad esto de la maldición de los recursos naturales. Los países que tienen abundancia de recursos naturales, si no hacen la transición, vía tecnología, de diversificarse hacia productos con mayor valor agregado, distintos al recurso natural bruto, no llegan al estado de países desarrollados. Hay solo dos excepciones, los países nórdicos, particularmente Noruega, y los países de Oceanía, Australia y Nueva Zelandia. Por lo tanto, para nosotros buscar un aprendizaje sistemático de cómo esos países Finlandia, Irlanda, Nueva Zelandia, Australia, lograron salir de la maldición de los recursos naturales hacia economías desarrolladas, economías más inteligentes, sociedades de conocimiento, es algo que tenemos que transmitir y transferir.


Para eso, la política exterior tiene que ser funcional. Estamos, por ejemplo, montando un programa muy importante de becas de doctorado en los países desarrollados. Partimos con cien becas a Estados Unidos, tenemos alrededor de cincuenta becas a Europa, esto tenemos que multiplicarlo fuertemente y estamos hablando con el Ministerio de Hacienda para hacerlo a futuro. Además, estamos entrando al Programa Erasmus de la Unión Europea, que es un programa muy impresionante de transferencia de conocimientos, sobre todo en el plano tecnológico.

En el plano multilateral, estamos tomando nuevas iniciativas. Una de ellas es en el ámbito comercial que, frente a que la Ronda de Doha parece estar dirigiéndose al fracaso, donde el Acuerdo de Libre Comercio de APEC no avanza muy rápido, estamos tomando medidas nuevas, como invitando a países del Arco del Pacífico a integrar un acuerdo que ya existe, que se llama el P4, donde está Singapur, Nueva Zelandia, Brunei y Chile. Hemos sido invitados para entrar a la OCDE, eso nos plantea un estándar en políticas no sólo económicas, sino sobretodo en políticas sociales, de cohesión social, de inclusión social mucho más parecidas a la de los países europeos. Adicionalmente, estamos participando activamente en el G20.

En este mismo plano, estamos muy activos en el tema de Derechos Humanos. Tenemos nuestra candidatura al Consejo de Derechos Humanos. Estamos activos en el tema del cambio climático. Estuvo la Presidenta en la reunión en Naciones Unidas, el ex Presidente Lagos está convertido en uno de los actores principales en esa materia. Estamos muy presentes en otros temas multilaterales como el tema Antártico, en temas del Derecho del Mar, entre otros.

Para redondear, termino como empecé. El tema fundamental, la proyección de Chile al mundo, tiene que ser con un sello, una identidad muy propia, con una imagen amable y acogedora, y tratando de buscar una convergencia con los países prioritarios, que son los de la región, en términos de buscar una integración que revele, de verdad, una manera común de ver el mundo y el futuro. Eso supone una convergencia en las políticas de inclusión social, en las formas de entender el desarrollo y, además, una capacidad que hasta ahora hay que demostrarlo en la práctica, de una integración que parta de las cosas básicas, en el sentido de integración física.

Nosotros le planteamos, por ejemplo, al Presidente Lula, escoger una de las carreteras bioceánicas, sólo una, y terminarla. Porque lo anunciamos hace como diez años y ahí estamos, esperando que los presidentes Lula, Evo Morales y Michelle Bachelet se puedan subir a un vehículo en Porto do Santos y bajarse en Arica o en Iquique, pasando por Bolivia.

La integración energética es paradójica. Aquí es donde están las retóricas de la integración y la práctica. Es paradójico que esta región, América del Sur, donde hay países con superávit en materias de recursos energéticos, y lo tienen debajo de la tierra, la mayoría de los países somos deficitarios. Necesitamos esos recursos energéticos y no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo para avanzar en una integración, es decir, que los que tienen abundantes recursos los vendan a los que lo necesitan y que de mutuo acuerdo se fije un precio.
Se trata, sobretodo, de la integración en las miradas del desarrollo. En eso estamos, en un proceso complejo, con avances y retrocesos, pero yo diría que en la línea gruesa Chile está bien plantado en el mundo, bien plantado en la región y tenemos avances sistemáticos en esta política de integración en América Latina.


Muchas gracias.