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Domingo 8 de mayo de 2011  
Fallece ex Embajador Jorge Berguño Barnes
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El Ministerio de Relaciones Exteriores comunica con profundo pesar el fallecimiento del ex Embajador Jorge Berguño Barnes, quien durante muchos años realizó una gran contribución en el tema del Tratado Antártico y del Derecho del Mar.


Sus funerales se efectuaran mañana a las 13:30 hrs., en la Capilla Nuestra Señora de Los Ángeles, ubicada en Avenida El Golf 155 y posteriormente el cortejo se dirigirá al Cementerio General (entrada por puerta principal de Avenida La Paz).


Jorge Berguño, quien fue historiador y doctor en Relaciones Internacionales, ingreso en 1953 al Servicio Exterior y desde entonces desarrolló una extensa y destacada trayectoria diplomática en puestos claves de la política exterior chilena, como en su comisión en la Misión Permanente de Naciones Unidas en Nueva York, en la representación permanente ante la UNESCO y el GATT y durante sus gestiones como Embajador en Australia, Canadá y ante Naciones Unidas en Ginebra.


El aporte del Embajador Berguño en materias antárticas, en su calidad de Subdirector del INACH, así como a través de su participación en la redacción y negociación, en particular, de los tratados sobre la Conservación de las Focas Antárticas, sobre la Convención de Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos y sobre el Protocolo al Tratado Antártico para la Protección al Medio Ambiente, significó para Chile el privilegio de contar con una eminencia de primer plano internacional en asuntos antárticos.

 

De hecho, el Embajador Berguño cumplió un rol fundamental en la redacción de la Política Antártica Nacional aprobada por el ex Presidente Lagos el año 2000. Asimismo, fue decisiva su participación internacional como miembro del Comité para la Protección del Medio Ambiente del Protocolo al Tratado Antártico, desde donde contribuyó sustancialmente a desarrollar el régimen jurídico que ampara al medio ambiente antártico.

 

 

Discurso del Subsecretario Schmidt en despedida al Embajador Jorge Berguño Barnes

Todos los que conocimos a don Jorge y tuvimos el privilegio de trabajar con él o compartir tantas lecciones y experiencias, no hubiésemos querido nunca que llegara este día. Teníamos la esperanza de que se encontraba en una lenta recuperación de su enfermedad como él mismo lo decía por teléfono y mail. Era imposible no sentir un gran cariño y admiración por su persona, y un respeto a su sabiduría. Fue una persona extraordinaria en todos los aspectos, generoso, cálido, divertido, simpático, culto, inteligente, solidario. Un hombre sabio.

 

Hace ya muchos meses quisimos rendirle un homenaje por su notable trayectoria pública, luego vino su operación y lenta recuperación ....y aquí nos encontramos todos, finalmente, rindiéndole unas palabras póstumas.

 

El rehuyó de los homenajes y reconocimientos. Creía que eran una forma de despedida y él quería seguir trabajando....así lo manifestó mas de una vez. Hasta el jueves pasado, estaba preocupado de contestar correos y consultas que se le hacían sobre temas antárticos. Fue un hombre incansable, que dedicó su vida a la Cancillería, al servicio diplomático y a los intereses del país.

 

Chile ha perdido a un gran diplomático, pero más que ello, a un tremendo servidor público que envuelto en una capa de sencillez y humildad, poseía una sabiduría, cultura, conocimiento y dotes intelectuales que puso al servicio de Chile. En los últimos años, además de ser el Jefe de la Oficina de Coordinación del Instituto Antártico Chileno en Santiago, fue Asesor para el Ministerio de Relaciones Exteriores no sólo en temas antárticos y del Derecho del Mar, que eran sus favoritos, sino que en una amplia gama de materias.

 

Él sabía de todo en profundidad. Sus aportes eran precisos y valiosos. Lo echaremos mucho de menos, ya que fue un hombre excepcional.

 

Don Jorge Berguño Barnes ingresó al Servicio Exterior el año 1953, y dedicó casi 60 años al servicio del país. Es difícil sintetizar un currículo de más de 7 páginas y destacar sus hechos más sobresalientes en estas breves palabras. Sin embargo, quiero destacar al historiador, al licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, al doctor en Asuntos Internacionales de la American University de Washington y de la Pacific Western University. Quiero destacar su labor diplomática en puestos claves para Chile como comisionado en la Misión Permanente de Naciones Unidas en Nueva York, en la representación permanente ante la UNESCO y el GATT, hasta su papel como Embajador en Australia, Canadá y Naciones Unidas en Ginebra.

 

Su paso por el exterior así como su desempeño en diversas Direcciones de esta Cancillería marcaron con un sello muy personal una vasta trayectoria profesional, prestigiando a nuestro país, a nuestro servicio exterior, realzando la imagen de Chile y procurando siempre defender con sabiduría e inteligencia los superiores intereses de nuestro país.

 

Representó para todos un ejemplo de lo que debe ser un diplomático integral, verdadera fuente de inspiración para sus contemporáneos y especialmente para las generaciones más jóvenes de nuestro servicio exterior. Su destacada carrera como profesor y escritor constituyó también un baluarte que sustentó y acompañó su brillante desempeño en el servicio diplomático.

 

Don Jorge fue un caballero y dio ejemplo en que el arte de la diplomacia debe apoyarse constantemente en el estudio, el trabajo docente, la investigación histórica y jurídica, la discusión ilustrada, la búsqueda del acuerdo a través de la negociación amable e inteligente.

 

Su trabajo se caracterizó por una profundidad intelectual que hoy nos parece inconmensurable, abordando materias tan diversas como la ciencia, la historia, la naturaleza y las perspectivas jurídicas que presenta el continente antártico.

 

Apasionado por la historia de ese continente, Jorge Berguño no fue de aquellos que simplemente buscaban el dato erudito como un fin en sí mismo, sino que desde sus primeras investigaciones intentó comprender los fenómenos naturales que se manifiestan en la Antártica en cuanto a su implicancia con el resto del mundo y, desde el S. XIX, en su vinculación con el ser humano y la sociedad.

 

Sus investigaciones histórico - científicas no se quedaban en una mera descripción del pasado, sino que apuntaban hacia una comprensión del presente y, especialmente del futuro. En artículos publicados en la década de los ochenta ya mencionaba los estudios sobre el derretimiento de los hielos registrados en el continente Austral, llamando la atención sobre las implicancias que el cambio climático podía tener para el mundo, señalando las posibilidades de la Antártica como "fábrica global del clima", llamándola el lugar donde se podía "interrogar con tranquilidad" a los satélites que circundaban la tierra.

 

Su preocupación por la preservación del medio ambiente antártico estuvo presente a lo largo de su rol diplomático como negociador en las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico, verdadero Parlamento del continente, donde representó a nuestro país en numerosas ocasiones. Incluso cuando se discutió la posibilidad de regular la explotación minera en la Antártica, su postura fue clara sobre la necesidad de equilibrarla con una adecuada preservación del ecosistema, así como con el resto de los principios que sustentan el Sistema Antártico como la paz y la cooperación internacional.

 

El aporte del Embajador Berguño en materias antárticas fue primordial, en especial por su participación en la redacción y negociación de varios tratados, como por ejemplo, el Protocolo al Tratado Antártico para la Protección al Medio Ambiente, lo que significó para Chile el privilegio de poder contar con una eminencia de primer plano internacional en estas materias. Don Jorge fue un gigante en materias antárticas por muchos años, y reconocido como tal por los delegados de los países más poderosos del mundo. Es difícil imaginar el Sistema del Tratado Antártico sin él.

 

Finalmente y en forma muy especial, quisiera destacar el rol fundamental que cumplió el Embajador Berguño en la redacción de la Política Antártica Nacional aprobada el año 2000. Ésta representa otra de las grandes herencias que recogemos de su trabajo, ya que articula los distintos elementos necesarios para que Chile fortalezca su posición en este continente conjugando los intereses nacionales con los principios que sustentan el Tratado Antártico.

 

El Plan Estratégico Antártico 2011 - 2014, que regirá nuestra participación en el continente por los próximos años, reconoce su inspiración en aquel documento y tiene a Jorge Berguño como su principal inspirador.

 

Actualmente, don Jorge preparaba en conjunto con la Dirección Antártica de esta Cancillería, un proyecto de ley que incorpora los principales instrumentos internacionales del Sistema del Tratado Antártico a nuestra legislación. Este sería su último sueño. Por ello, pienso que el mejor homenaje que podríamos otorgarle sería denominarla "ley Berguño", una vez que sea finalizada.

 

Me permito recordar a don Jorge con las palabras de otro gran hombre antártico y compañero de muchas jornadas, Oscar Pinochet de la Barra, para quien "por varios decenios, el continente blanco ha sido el crisol donde la humanidad ensaya un modelo de vida internacional basado en la cooperación, en la ayuda mutua y en la confraternidad bajo la bandera del consenso."

 

No cabe duda que la obra y trayectoria de don Jorge Berguño, reconocida mundialmente, ha contribuido a la preservación de este crisol de la humanidad y lo continuará haciendo con el paso de los años.

 

Quiero finalizar estas palabras destacando a su Señora, Paula Hurtado, compañera y gran apoyo en toda su carrera, a sus 5 hijos y en especial a Francisco y Fernando que siguieron los pasos de su padre y hoy día son también grandes colaboradores de Chile en el servicio exterior de la República.