GABRIEL PARDO
Heraldo Benjamín Muñoz Valenzuela es un tipo de 65 años, delgado, que sube de dos en dos los peldaños de las escaleras.
También es un tipo serio, al que cuesta sacarle una sonrisa frente a las cámaras.
El nuevo canciller vivió una infancia futbolera en Estación Central —es nieto del fundador del restaurante El Hoyo—, y hasta hace poco —extenso curriculum mediante— vivía en Manhattan, siendo subsecretario general de la ONU y director para América Latina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Tiene una estrecha relación con Michelle Bachelet. Vivieron en el mismo edificio cuando ella conducía ONU Mujeres, en Nueva York. Ambos fueron ministros del Presidente Ricardo Lagos. Pero hoy, el canciller no la "tutea".
Muñoz partió ayer a La Haya a la Cumbre de Energía Nuclear, su primer viaje al exterior como mandamás de la Cancillería.
—El programa de Bachelet plantea que Chile tiene "relaciones vecinales problemáticas". ¿A qué lo atribuye?
—Que nuestras relaciones vecinales han sido problemáticas es obvio.Dos países vecinos nos han llevado a la Corte Internacional de La Haya. Y las relaciones con Argentina no han sido todo lo intensas que deberían haber sido. Lo mismo en el caso de Ecuador y Brasil. Uno tiene que preguntarse por qué no le está yendo bien a Chile en la región. Para dar un ejemplo anecdótico: Chile se presenta para ser sede de los Juegos Panamericanos y obtiene 9 votos y Perú consigue 31.
—En su opinión, ¿eso da cuenta de un rechazo hacia Chile?
—Creo que hay diversos indicadores de una cierta percepción de que Chile quizás ha sido el buen alumno del curso y no el mejor compañero.
Hay cierta arrogancia al pensar que somos un modelo, cuando no lo somos. No somos mejores que nadie, somos diferentes. Habría que superar esto con una actitud más solidaria, intensificando lazos en todas sus dimensiones, no solo en lo económico.
—¿Hay una falla de la diplomacia?
— No tiene nada que ver con la diplomacia, porque la diplomacia nacional es altamente competente y del mejor nivel. Yo creo que aquí hay razones políticas. No importa tanto investigar el porqué, sino que hacer esfuerzos para enmendar el rumbo. Por ejemplo, Argentina es importante para Chile. La primera llamada telefónica que tuve de un canciller fue la de Héctor Timerman. Hemos logrado superar temporalmente un obstáculo que tuvimos, que era el eventual cierre del paso Cardenal Samoré para camiones con cargas peligrosas. Eso habría afectado la economía regional y logramos que Argentina postergase esa decisión por seis meses, y está pendiente la construcción de un bypass en una localidad trasandina que evitaría el eventual cierre de ese paso.
—¿Fue un error que se extendiera la idea de que Chile era un modelo?
—Yo creo que nos hemos creído el cuento. Porque Chile no es un modelo. Le va bien, es un país respetado.Pero cada país tiene sus desafíos y condiciones históricas. Tenemos que centrarnos en ser un país más desarrollado, inclusivo y más justo. Y para eso están las tareas fundamentales de este gobierno, que son implementar una reforma tributaria para financiar las reformas sociales, partiendo por la educación e incluyendo como tercer pilar una nueva Constitución.
—En la Alianza señalan que precisamente esas reformas han incidido en que se genere una incertidumbre a nivel de los inversionistas.
—Ese planteamiento tiene un trasfondo político. Es un planteamiento absurdo, porque antes que la Presidenta fuera candidata o que formulase un programa de gobierno, la economía ya venía en desaceleración del crecimiento. Por el contrario, lo que he percibido es que la llegada de la Presidenta Bachelet ha generado renovado interés en otros países.
Bolivia: "Esta no es una controversia limítrofe"
—Bolivia ha solicitado a la Corte de La Haya que obligue a las partes a negociar una salida soberana al océano Pacífico. ¿Cómo enfrentará la nueva Cancillería esta demanda? —Es una lástima que Bolivia haya presentado unilateralmente una demanda contra Chile en La Haya, porque la disposición nuestra es tener la mejor de las relaciones con Bolivia, retomar un camino de diálogo sin exclusiones, sin condiciones y de buena fe. Y hacerlo sobre los 13 puntos de la agenda que originalmente planteó la Presidenta Bachelet en su primer gobierno.
Pero, evidentemente, en la medida en que Bolivia haya decidido radicar su demanda en contra de Chile relativa al tema marítimo en La Haya, nosotros vamos a responder en la Corte.
—¿La posición de Chile será plantear que no hay nada que negociar?
—Lo que hay aquí es una demanda de Bolivia que ha sido llevada a La Haya. Bolivia pide que la Corte obligue a Chile a negociar un acceso soberano al mar con resultados ciertos. Esta es una situación bastante excepcional.
—¿En qué sentido es excepcional?
— Porque esta no es una controversia limítrofe. Por eso es que es tan distinto del caso de Perú. En ese juicio independientemente del origen de la demanda, había un diferendo sobre el límite marítimo. Aquí no hay un diferendo limítrofe.
—Usted ha afirmado que se reunirá el lunes en visita protocolar con el presidente de la Corte, Peter Tomka. ¿Abordarán la demanda boliviana?
—Considerando que estaré en La Haya para asistir a la reunión Cumbre sobre Seguridad Nuclear, me pareció apropiado realizar una visita de cortesía al presidente de la Corte Internacional de Justicia, Peter Tomka, quien estará acompañado del secretario de la Corte. También me reuniré con el juez mexicano Bernardo SepúlvedaAmor, a quien conozco.
"Hay que recordar que la Corte es un órgano superior de Naciones Unidas, por lo cual procede que un canciller que se encuentra en la ciudad visite a su máxima autoridad. No hay que interpretar esta reunión protocolar como algo más de lo que es".
"Bulnes no va a restarle tiempo ni esfuerzo a esta misión"
—Respecto de la defensa, se ha ratificado a Felipe Bulnes como agente y se nombra a Claudio Grossman como coagente, pero surgieron críticas a la falta de exclusividad en el desempeño del cargo.
—Estamos muy satisfechos de contar con un equipo de primer nivel. Felipe Bulnes nos da plena confianza y es extraordinariamente competente.
Lo mismo sucede con Claudio Grossman, un jurista reconocido internacionalmente. Además, vamos a trabajar con los ex agentes y coagentes Alberto van Klaveren y María Teresa Infante.Y conformaremos un comité asesor.He tenido varias conversaciones con Felipe Bulnes, y su preocupación fundamental será la demanda de Bolivia pues se trata de defender el interés nacional. El no va a restarle tiempo ni esfuerzo a esta misión, independientemente de que pueda mantener algún vínculo con su bufete de abogados.
—¿Se evalúa impugnar la competencia de la Corte frente al caso?
—Chile va a ejercer todos los derechos que le asisten en este proceso. No nos podemos adelantar y estudiaremos de manera muy seria todas las implicancias después de la presentación de la memoria boliviana.
—Usted conoce personalmente a Evo Morales. Incluso, han jugado fútbol en varias ocasiones. ¿Ha tenido oportunidad de hablar con él sobre el tema de la aspiración marítima?
—Lo único que puedo decir es que le tengo un aprecio personal al Presidente Evo Morales, y pienso que es mutuo. Hemos jugado cinco o seis partidos de fútbol en distintos lugares del mundo. Jugué en el equipo de Bolivia durante la Cumbre de las Américas contra el equipo colombiano del Presidente Santos. Hay una simpatía personal y un respeto de mi parte por el Presidente Morales. Igualmente, me consta que Evo Morales tiene simpatía por la Presidenta Bachelet, pero estos factores son secundarios cuando se trata de intereses nacionales en juego.
—Si no hubiera sido presentada la demanda de Bolivia, ¿el gobierno de la Presidenta Bachelet habría estado disponible a entregar una salida soberana al mar para ese país? —Habríamos estado dispuestos a reponer la agenda de 13 puntos, que incluye en su punto 6 la aspiración marítima boliviana, y a tener un diálogo de buena fe y sin condiciones.
—¿Eso implica no ceder a la aspiración de una salida soberana al mar?
—Uno no puede decir en qué derivará un diálogo con las características que he señalado.
—Usted planteó respecto de Perú que tiene que completar sus cambios normativos para hacerlos consistentes con la Convención del Mar, como establece el fallo. ¿Qué medidas le falta completar?
—Ambos países tienen obligaciones provenientes del fallo y de la declaración conjunta del Comité de Ministros 2+2. Ese trabajo ha avanzado bien en cuanto a las mediciones para determinar las coordenadas. Esa es una parte del fallo, pero el párrafo 178 del fallo se refiere a la necesidad de que Perú haga consistente su normativa interna con la Convención del Derecho Mar.
El párrafo cuatro de la declaración conjunta del 2+2 dice que el fallo prevalece sobre la normativa interna. Y en la misma declaración, el Perú se compromete, en el ejercicio de sus derechos y obligaciones en toda su zona marítima, a hacerlo en forma consistente con la Convención del Mar, y Chile declara que continuará haciendo lo mismo conforme a la Convención.
Eso implica que los dos países tenemos que cumplir la totalidad del fallo y la declaración conjunta del 2+2.
—Si hubiese un incumplimiento por parte de Perú, ¿donde podría hacer su reclamación Chile? ¿A la propia Corte?
—No me pongo en situaciones hipotéticas. Vamos a cumplir sin dilación lo que nos corresponde. Y vamos a suponer, como nos han dicho las altas autoridades de Perú, que también ellos lo harán respecto al fallo y la declaración conjunta.
—Usted ha dicho que no es partidario de retirarse del Pacto de Bogotá, el que le da jurisdicción a la Corte de La Haya, y que sería una mala señal hacerlo siendo Chile parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
—Sería mala señal, porque estamos en el Consejo, y al salir del pacto no aceptaríamos la competencia de la Corte de La Haya, que es el mecanismo de solución pacífica de controversias de Naciones Unidas. Sería una mala señal, además, considerando que hay un caso pendiente en la Corte, que es la demanda boliviana. Además, creo que hay otro factos objetivos. Si Chile se llega a retirar, después de un año, cualquier país puede demandarlo. Así le sucedió a Colombia cuando se retiró del pacto. Y otra cosa, al permanecer en el pacto, no solo es posible que Chile pueda ser demandado, sino que también podamos ser demandantes.
—Usted ha enfatizado en la relación con Brasil. ¿Por qué remarcar esa relación?
—Brasil siempre fue un aliado tradicional de Chile, y no se ha observado el grado de intensidad en la relación con Brasil que temamos en el pasado. Y eso se percibe en el hecho de que la Presidenta Dilma Rousseff decidió venir directamente al cambio de mando el día 11 de marzo y no hizo una visita oficial durante el período pasado. Las señales que vienen de Brasil al nuevo gobierno son muy positivas.
—¿Por qué?
—Con el canciller de Brasil me reuní en visita privada. La única reunión oficial que tuvo fue conmigo, cuando aún yo no había asumido. Allí acordamos una estrategia común respecto de la reunión de Unasur, que luego se realizó en Chile. Además, le ofrecí que Brasil pudiera poner un diplomático de ese país en la misión de Chile ante Naciones Unidas durante el período en que estemos en el Consejo de Seguridad; aceptó gustoso y, a cambio ellos nos ofrecieron entregar información relevante para nuestra participación en el Consejo en aquellos países donde no tenemos misiones diplomáticas y ellos sí. Eso ya es una demostración de la sintonía política que quere mos recuperar.
—¿La cercanía con Brasil en el pasado no fue más bien circunstancial, debido a la cercanía que tenía el Presidente Fernando Henrique Cardoso con Chile?
—No, no fue circunstancial. Porque con Cardoso hubo buenas relaciones pero también las hubo con Lula. Brasil siempre fue un aliado de Chile, y ese es el nivel de relación que queremos recuperar.
Modernización de la Cancillería: "Haremos algo distinto"
—El gobierno de Sebastián Pinera ingresó un proyecto de modernización de la Cancillería en los últimos días de su mandato. ¿Está de acuerdo con ese proyecto?
—El gobierno del Presidente Pinera presentó en los últimos días de su mandato un proyecto al Congreso, pero haremos algo distinto. Creemos que la modernización de la Cancillería tiene que ser abordada desde el primer día, y por eso, la Presidenta aprobó una iniciativa que le propuse de designar a un diplomático de carrera, retirado, para que asuma el papel de responsable del diseño, consulta y propuesta de modernización de la Cancillería. Ha habido decenas de proyectos de modernización que no han llegado a ningún lado. Evitaremos caer en la omisión de acordarse a última hora de esa tarea presentar un proyecto a la rápida y defraudar a los que esperaban que hubiera efectivamente una modernización.
—¿ A quién se designó?
—Ya hemos designado a Mario Artaza, destacado ex diplomático de carrera, quien reportará directamente a mí y al subsecretario. La idea es tener en un año tina propuesta. Hay que tomar todo lo bueno que tenga el proyecto del ex Presidente Piñera, pero también el que la Presidenta Bachelet presentó en 2008, que salió de la Cámara de Diputados, y ahí quedó.
"Diplomáticos de carrera de las nuevas generaciones"
—¿Por qué se les pide la renuncia a embajadores de carrera con 65 años o menos y se nomina a políticos de más edad, como Jaime Gazmuri?
—Se ha aceptado la renuncia de embajadores de distinta edad, acorde a la facultad constitucional de la Presidenta de designar a los embajadores de su confianza. En esa línea, la Presidenta me instruyó que le propusiera una "combinación virtuosa", donde se incluya a políticos de reconocida trayectoria y con vastas redes de contactos, y aumentar muy especialmente el número de mujeres embajadoras y diplomáticos de carrera de las nuevas generaciones para ascender a embajadores.
—Se está nombrando a embajadores de corte político en la región. ¿Se les dará prioridad?
—Evidentemente, en América Latina —donde queremos tener relaciones de mayor densidad política—, embajadores con gran experiencia, que tienen contactos y amistades políticas con interlocución a alto nivel, pueden ser muy útiles para el país.
—Usted ha señalado respecto de Venezuela que Chile no va a decir quiénes son los buenos ni quiénes son los malos. ¿A qué responde esa posición? Otros países denuncian los atropellos a los derechos humanos.
—Cuál es el provecho para los venezolanos que Chile le ponga nota a la situación de derechos humanos o a la gobernabilidad democrática. Chile tiene una posición clara de defensa de la democracia y de los derechos humanos; pero aquí hay un país amigo, que está viviendo una extrema polarización. Venezuela no es una dictadura; una situación semejante habría que condenarla sin apelación.Hay un gobierno democráticamente elegido que sufre una polarización donde hay violencia, donde hay falta de diálogo.
"Unasur será muy importante para determinadas situaciones"
—Usted plantea que no quiere que la Alianza del Pacífico se convierta en un "bloque político ideológico" excluyente. ¿A qué se refiere?
—Se ha escuchado mucho decir que la Alianza del Pacífico son los librecambistas versus los estatistas del Mercosur. Y eso es una distorsión de la realidad. De hecho, nosotros somos miembros asociados del Mercosur. En la medida en que mantengamos la perspectiva original de la Alianza del Pacífico como una instancia de integración económica y plataforma comercial para proyectarnos hacia el Asia Pacífico, nos parece valiosa.
—¿Es factible hacer una convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, como usted ha dicho?
—Yo sé que hay escepticismo en algunos medios respecto de esta propuesta, porque es obvio que sería difícil una convergencia arancelaria o regulatoria por las diferencias que hay entre Mercosur y la Alianza del Pacífico, que llegó a acordar una liberalización del 92% del comercio de bienes. Pero ¿acaso no es posible avanzar en la complementariedad y convergencia en otros ámbitos que pueden hacer crecer el comercio intrarregional? Doy ejemplos: movilidad de personas, corredores bioceánicos, integración física, cooperación sanitaria y fitosanitaria, facilitación del turismo, cooperación científico-tecnológica, etc. Pero decir a príorí que no se puede avanzar ya que hay diferencias arancelarias es paralizarse.
—¿Chile va a priorizar Unasur como instancia multilateral, como da a entender el programa?
—Unasur será muy importante para determinadas situaciones, como para actuar frente a lo sucedido en Venezuela. Vamos a priorizar una política de convergencia en la diversidad. Hoy hay caminos distintos para el desarrollo en América Latina y esas diferencias hay que respetarlas.
—Usted ha sido cauto respecto del acuerdo Transpacific Partnership (TPP). ¿Por qué?
—He sido cauto porque no teníamos información detallada. Ahora la tenemos. Se han realizado 21 rondas de negociación. De todos los temas que han estado involucrados se ha llegado a acuerdo apenas en siete. En todos los temas importantes no hay acuerdo como en propiedad intelectual o solución de controversias. En la semana y media que fui a EE.UU. a cerrar mi condición de funcionario de la ONU recibí la visita del representante de Comercio de ese país, Michael Froman.
En ese encuentro le expresé la posición de Chile, que es mirar con detención el contenido de las negociaciones y actuar con transparencia. Vamos a consultar con empresarios, con la sociedad civil de manera que esta no sea una negociación cerrada. Y además, le dije a Froman que Chile tiene áreas sensibles donde no estamos disponibles para ir más allá del TLC con Estados Unidos.
Hay áreas como propiedad intelectual como regulación de empresas públicas o de Banco Central que para nosotros son luces rojas.1
—¿Va con alguna instrucción especial el embajador Cristián Barros al Consejo de Seguridad de la ONU?
—Siempre la participación de Chile ha sido para favorecer el consenso y el diálogo para promover la paz y la seguridad internacionales.
El canciller comenta que recibió una llamada el lunes del canciller de Ucrania a propósito de la crisis en Crimea, agradeciendo el voto de Chile ante la resolución que impulsó Estados Unidos en el Consejo, la que, no obstante, no se aprobó por el voto en contra de Rusia.