El Ministerio de Relaciones Exteriores se refiere a ciertas declaraciones del Vicecanciller de Bolivia Juan Carlos Alurralde respecto a la reunión sobre la aplicación del Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre (ATIT) efectuada el 19 de febrero en curso.
El Comité de Representantes de ALADI propuso a Chile y Bolivia "que las partes retomen el diálogo bilateral, con la participación de funcionarios de sus respectivas cancillerías y de sus organismos nacionales competentes de transporte y otros relacionados". Esta proposición fue muy bien acogida por Chile, puesto que en reiteradas ocasiones hemos invitado a Bolivia a abordar los temas de interés bilateral del marco del Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre. Chile concurrió de buena fe a esta reunión con la intención de buscar soluciones efectivas a los asuntos puntuales planteados por los transportistas bolivianos.
No es efectivo que el funcionamiento del mecanismo de consultas de ALADI responda a una demanda, que ALADI esté llamada a emitir un pronunciamiento sobre la materia y menos aún que ello pueda referirse a la aplicación del Tratado de Paz y Amistad de 1904, como se ha pretendido insinuar.
Sobre lo planteado por Bolivia en cuanto al nivel técnico de la delegación chilena, cabe señalar que Chile dio a conocer anticipadamente su composición. Ella estuvo integrada por funcionarios expertos en las respectivas materias, de la más alta calificación profesional y técnica. Del mismo modo, contaba con instrucciones y la capacidad de decisión suficientes, por lo que no necesitó consultar con las autoridades de Santiago el tenor del acta. Estuvo dispuesta a firmarla tan pronto como se contó con un texto consensuado. Fueron los delegados de Bolivia quienes recurrieron a sucesivas consultas, señalando que no tenían antecedentes suficientes para responder a los conceptos entregados por la delegación de Chile.
En relación a la objeción boliviana en cuanto a que el acta no reflejaba lo tratado en la reunión, cabe señalar que el texto negociado de ese documento contenía todos los planteamientos de ambas delegaciones respecto a cada uno de los puntos de la agenda.
En cuanto a la supuesta tardanza en entregar un texto para el acta, cabe destacar que ambas delegaciones trabajaron simultáneamente en sus respectivos párrafos.
Sobre las condiciones logísticas que Bolivia exigió para sus transportistas que permanecen varados en la carretera sin contar con servicios básicos, debe destacarse que un accidente carretero ocurrido en octubre de 2013 en el complejo fronterizo boliviano de Tambo Quemado destruyó las instalaciones de los funcionarios chilenos que se desempeñaban allí bajo el régimen de control integrado. Chile ha reiterado a Bolivia la urgencia de reparar tales instalaciones, puesto que es esa situación la que ocasiona aquella congestión vehicular y sus consecuentes efectos.
Respecto a la proposición de establecer un horario de 24 horas para el funcionamiento del paso Chungará -Tambo Quemado, se señaló que ello debe ser estudiado entre los respectivos organismos competentes de ambos países. Tal medida implica necesariamente hacer inversiones para abordar los aspectos de dotación de personal, infraestructura y tecnologías que se requieren para este tipo de funcionamiento.
Chile sugirió que se convocase al Comité de Fronteras para abordar estos temas y buscar soluciones en conjunto, en beneficio de los transportistas.
Respecto de la petición de la delegación de Bolivia para que "Chile deje de imponer cupos limitados al volumen del tránsito comercial, lo que considera que es limitar la capacidad de crecimiento y de exportación nacional", cabe expresar que el sistema de cupos se adoptó entre los países miembros del Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre como una forma de regular el mercado de transporte internacional carretero.
En el caso de Chile y Bolivia tal sistema se acordó en el marco de una reunión bilateral del ATIT. No es efectivo lo señalado por el Vicecanciller Alurralde en cuanto a que ese sistema fue establecido unilateralmente por Chile.
El establecimiento de cupos no importa en ningún caso una limitación a los flujos ni a los volúmenes de carga que pueden ingresar o transitar por el territorio de los países que los acuerdan, sino una limitación al número de unidades de transporte, conforme a parámetros convenidos por las partes. No es cierto lo expresado por el Vicecanciller Alurralde, en cuanto a que de esta manera se limita el libre tránsito comercial de su país.
Chile siempre ha estado abierto a conversar este tema, sea para aumentar los cupos o para eliminarlos bilateralmente, pero ello debe realizarse por acuerdo en el marco de la Reunión de los Organismos de Aplicación del Acuerdo sobre Transporte Internacional Terrestre.
Chile lamenta que se haya perdido una oportunidad para construir un acuerdo. Es más, resulta difícil avanzar en un diálogo constructivo con conductas como las asumidas por el Vicecanciller Alurralde. En todo caso, Chile mantiene su voluntad de reunirse para encontrar soluciones en beneficio de un transporte ágil y seguro.