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Santiago, 8 de Mayo de 2008 
Chile Debe Tomar un Atajo hacia el Primer Mundo
Discurso del Canciller, Alejandro Foxley, en la Inauguración del Año Académico del Instituto Chile.
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Agradezco muy sinceramente a todas las autoridades del Instituto de Chile, que están aquí presentes, por esta invitación. Desde luego a su presidente, Servet Martínez; a José Luis Cea, con quien nos une una antigua amistad; a Marino Pizarro; y también a Juan Eduardo Barrios.

 

Quiero comenzar diciendo que me siento tremendamente privilegiado de poder estar con ustedes. Como se señaló en la presentación, una buena parte de mi trayectoria profesional la he hecho en el mundo académico y sigo fascinado con el mundo de las ideas. Precisamente, lo único que echo de menos en el trabajo actual es no tener más tiempo para poder mantenerme al día en las contribuciones muy notables que se producen a cada momento con la globalización. Ésta invita a estar con las antenas sensibles a muchos procesos que están ocurriendo en muy distintas partes del mundo y que presenta el desafío de procesar a tiempo la información, poder reconocer y distinguir los fenómenos esenciales de los secundarios e ir inventando, imaginando respuestas creativas, desde el punto de vista de la perspectiva nacional.

 

Difícil poder vivir en un momento más fascinante para un intelectual o para una persona como ustedes, acostumbrados a reflexionar serenamente acerca de la realidad.

 

Por eso, es que decidí comenzar este encuentro refiriéndome a un par de libros que he estado leyendo muy recientemente y que ponen acento en lo que está ocurriendo hoy.

 

El Segundo Mundo

 

Se publicó hace poco un libro en Estados Unidos y en Europa que se llama El Segundo Mundo. Es una obra grande, muy provocadora, que básicamente enfoca la globalización desde la perspectiva -no siempre presente en la literatura académica de los países del norte- concentrada en un grupo de unos cien países, que son del llamado Segundo Mundo. Esto es en los países que no han logrado llegar a ser países desarrollados, aunque si han hecho un esfuerzo enorme para salir de una condición de pobreza extrema, del subdesarrollo, y de la inestabilidad, y que están ahí en esa etapa intermedia del desarrollo, en cierta medida tironeados por fuerzas, a veces, peleadas entre sí.

 

Avances importantes en algunos terrenos, por ejemplo en el económico, se producen en períodos de 5, 6, 7 años. Se logra crecimiento rápido, la gente en esos países adquiere la esperanza de decir "ahora sí, ahora llegamos", pero ocurre algún fenómeno, ya sea de naturaleza, o de algún conflicto especial, o alguna desesperanza de sectores importantes de la población que hace perder el camino que se está recorriendo y buscar caminos alternativos. Y no se produce, entonces, ese proceso de acomodación de lo "necesario", que es la clave de los países que han llegado a ser desarrollados, que se caracterizan por persistir en una dirección por varias décadas y buscar las condiciones económicas, socio-económicas, políticas, para que la población entienda que hacer anticipaciones puede ser una muy buena apuesta. Cuando el país está en esta condición, de un país del Segundo Mundo y necesita, probablemente, 15, 20, 25 años para llegar al Primer Mundo.

Optimismo regional

 

En estos países del Segundo Mundo se produce un fenómeno que está en las encuestas todos los días. Y es que, cuando se abren estas ventanas, se generan unas expectativas en la gente de progreso muy acentuado. A veces es poco claro, pero están ahí como un dato de la realidad. Recientemente, Eugenio Tironi con un equipo de CIEPLAN hizo una encuesta en 7 países de la región, que muestra que el estado de ánimo de América Latina de hoy, de la gente común y corriente -contrario a lo que alguien pueda pensar- es optimista.

 

El 70% de las personas piensa que van a estar mejor que hoy en diez años más y el 82% de las personas piensa que sus hijos va a tener una oportunidad mucho mejor que la de sus padres.

 

Estamos en un continente que tiene sus conflictos, sus avances y retrocesos. Recién se publicó una encuesta de la Gallup -yo tengo esta curiosidad permanente de saber lo que está pasando- que muestra que los países de América Latina son los que tienen instalados en su población una visión de que pueden mejorar más y más rápido, incluso que otras regiones del mundo. Este es un importante dato de la realidad y la percepción de la gente. Sin embargo, el problema es que esta alta expectativa genera inmediatamente un efecto. Y el riesgo es que estos países que están creciendo tan rápido se empiezan a desacelerar y aquí los economistas podrán discutir indefinidamente las razones de aquello, pero es un modelo que tiene que ocurrir.

 

Caminos alternativos

 

Si uno ve la historia de los últimos treinta años, hay sólo 12 países en el mundo que han logrado sostener un alto crecimiento económico ininterrumpido. Y de estos países, la mayoría ha tenido un horizonte cíclico que se ha sostenido con una disminución gradual, pero sistemática de su crecimiento.

 

¿Cuál es el problema de eso? Un cierto deterioro de la calidad de la política, el desarrollo de un consecuente aumento de la conflictividad social, que pone en primer lugar, si esta economía no crece mucho, la idea de que repartamos mejor lo que tenemos. Entonces, el tema de la distribución del ingreso, el tema de la exclusión social, todos estos temas adquieren una envergadura muy grande, se instalan en la decisión política, e invitan al país a ensayar caminos alternativos. Y, ¡dejémonos de cuentos!, la distribución de ingresos en América Latina, aunque nos congoje decirlo, es la menos favorable es la peor en las regiones del mundo hoy.

 

Aprovechamiento de las ventajas

Uno puede discutir largamente por qué se desacelera el crecimiento, y no quiero caer en el síndrome del economista odioso que viene a hacer una clase, y que además piensa tener una respuesta clara y definitiva en todas las materias, pero sí quiero señalar, respecto de Chile -porque no quiero involucrar a otros países- que aquí hemos hecho un esfuerzo gigantesco de proyectarnos a la globalización.

 

Ya parecemos un poco obsesivos con esta idea de firmar tratados de libre comercio en todas partes. Teóricamente hoy, por esos tratados de libre comercio, tenemos un mercado abierto de 3.800 millones de personas en el mundo y somos un país de 16 millones de personas.

 

¿Y cuánto estamos aprovechando estás ventajas de estos mercados? ¿Cómo están reaccionando la empresas y las estructuras productivas a esta gigantesca posibilidad que este país no ha tenido nunca en su historia?

 

Bueno, las cifras no son tan buenas como quisiéramos.

 

Las exportaciones crecen fuerte. Pero, la inmensa mayoría, más del 80%, es o son empresas que, básicamente, hacen más de lo mismo, exportando a los mercado tradicionales que ahora están un poco más abiertos.

 

Vemos todos los días que estamos exportando cobre, hierro, celulosa, algunos productos, madera, fruta, vino y eso aumenta mucho. ¿Cuánto del aumento de exportaciones son por los mercados nuevos del TLC? Sólo el 10%. Y ¿cuánto del aumento de las exportaciones son productos realmente nuevos, de esta economía más inteligente, más creativa, más innovadora, que suponemos que tenemos que (...) muy rápidamente para poder llegar al primer mundo? Sólo el 5% del aumento de las exportaciones se explica por esos productos nuevos.


Nuestro déficit

 

Luego, tenemos aquí un déficit instalado en este país de ingreso medio en su capacidad de innovación, de reinventar el mundo cada uno en su esfera de acción, esfera científica, académica, productiva, empresarial, porque estamos todavía en la rutina de hacer más de lo mismo. Y resulta que no hay país del Segundo Mundo, que llega al Primer Mundo haciendo más de lo mismo. los países muy ricos en recursos naturales caen rápidamente en lo que algunos economistas han llamado, "la maldición de los recursos naturales". Quien tiene hoy petróleo, cobre, soya, celulosa, esta viviendo momentos de unas rentas que se adquieren y que en todo caso no generan, a menudo, condiciones suficientes para seguir creciendo a las tasas que originalmente el país estaba creciendo.

 

Nuevo aire

Por lo tanto, si estos son los problemas de crecimiento y persisten excesivas desigualdades en esta mitad de camino, ahora que falta la otra mitad de camino por recorrer, lo que se necesita, en estos países, es de alguna manera producir un nuevo aire para poder ser más creativos, para acelerar el crecimiento, reducir las desigualdades y aumentar las señales de inclusión social en nuestra sociedad.

 

Talentos

 

Y aquí voy a llegar a un tema, rápidamente, muy sencillo, seguramente para todos nosotros obvio: Una economía más inteligente supone un avance mucho más rápido hacia lo que hoy se llama "una sociedad del conocimiento". La ventaja comparativa de los países en la segunda mitad del desarrollo está en sus recursos humanos, en el talento de cada persona, independientemente de su origen social, del lugar donde nació, de si habla idioma o no habla idioma.

 

El talento está allí, en todas partes, y hay que aprovechar ese talento al máximo. Lo que se requiere es calidad de educación.

 

Cuánta discusión hemos tenido en Chile sobre calidad de educación, cuánto nos ha costado persuadir al Colegio de Profesores que acepte que sus asociados deben ser evaluados, para ver cómo lo hacen en la sala de clases, para que el que lo hace mal salga, porque nadie puede cargar sobre nuestros nietos, a estas alturas, tener que soportar a un mal profesor, si en el fondo lo engaña, porque lo tiene allí en la sala de clases y no aprende, no entiende, no crea, no inventa, ese es un tema de fondo.

 

El gobierno esta involucrado en esto, como lo han estado gobiernos anteriores. Pero, no nos engañemos, el proceso es lento. Hay que renovar muchas cosas.


Línea esencial de la política exterior de Chile

 

A partir de las preguntas que me he hecho, les puedo anunciar que será una línea esencial en la política exterior de Chile de los próximos años, porque así lo estimamos y la Presidenta está absolutamente de acuerdo, tomar el atajo hacia el Primer Mundo.

 

Y el atajo para lograr mejorar la calidad de los recursos humanos, para lograr estimular a las personas de este país a que se atrevan a ser más creativos y a hacer aportes más novedosos en esta nueva etapa que falta, consiste en que -si la calidad de la educación va a crecer muy lento-, tenemos que exponer a la gente, a las generaciones jóvenes, a los científicos, a los académicos, al gerente intermedio de empresas, al subgerente, a entender lo que está ocurriendo en el mundo, sacándolos hacia fuera, llevándolos a los centros de excelencia académica masivamente, no sólo con 50 becas aquí, 20 becas allá, 8 becas acá.

 

Tenemos que hacer una especie de mapa de los hechos de excelencia, del conocimiento, en el mundo en el nivel académico, en el nivel científico-tecnológico, en el nivel de las empresas. Y si se trata de empresas del Primer Mundo, tenemos que asociarlas con las nuestras, para que éstas envíen a sus ingenieros, a sus técnicos, a pasantías de 6 meses, a estar 1 año, dos años.
Hay gente que dice "pero, ¿cómo? Vamos a tener puro cerebro"...

Ejemplos en el mundo

 

Apreciemos lo que hizo la India. La mitad de los ingenieros en (...) en algún momento eran de la India o algo muy cercano y se quedaron ahí. Se quedaron 3,4,5,7,10 años. ¿Y qué ocurre hoy? Vuelven a su país de origen. Vayan ustedes a ver lo que están viviendo hoy los institutos tecnológicos en la India y lo que está ocurriendo en algunos lugares como Bangalore y otros, donde esos mismos ingenieros y científicos están compitiendo mano a mano, y ganando muchas veces el terreno a los países más avanzados.

 

Por lo tanto, debemos constatar que nosotros tenemos sólo el 10% de estudiantes y profesionales en el exterior que tienen países como Corea y Taiwán. Contamos con la mitad de los que tienen Nueva Zelanda y Australia. Entonces, aprendamos la lección de estos países que sí transitaron desde el nivel intermedio de desarrollo a países desarrollados en 15, 20 o 25 años.

 

Podemos hacerlo. Por eso, vamos a estar empujando con mucha fuerza masificar los programas de becas en el exterior, masificar o aumentar fuertemente los intercambios en el nivel de personas talentosas que están inventando ideas y en el nivel de las personas que trabajan en las empresas.


Ya lo estamos haciendo ahora. Hoy mismo, jueves 8 de mayo, hay una misión nuestra en California. A lo mejor, van a decir "no es una idea nueva, porque ya se hizo en los años sesenta". Claro, es un antecedente valioso, que nos sirve de impulso. Pero está orientado a lo que necesitamos hoy. El programa lo vamos a inaugurar con un viaje de la Presidenta Bachelet a mediados de junio, que cuenta con el respaldo decidido del gobernador Schwarzenegger, quien la va a recibir con todo el equipo más talentoso del Estado de California y de sus universidades, para firmar un acuerdo que se llama "Chile y California, mirando juntos el siglo XXI". Pero, nosotros vamos a ser simplemente los catalizadores. La tarea la tienen que hacer ustedes, quienes tienen que buscar la contraparte usando sus medios. Por nuestra parte, me corresponde convencer al Ministro de Hacienda, para que ponga los recursos estatales que se requieren.

 

En el tema becas también es un gran ejemplo lo que ha ocurrido con la India. Nuestro Embajador me contó que la Presidenta de la India tiene bajo su dependencia el Consejo Supervisor de los Institutos Tecnológicos de la India, donde algunos de ellos sostienen que han logrado niveles de calidad por lo menos iguales que los centros más avanzados del mundo y que otros sostienen que es superior. Yo pedí simplemente un dato: La lista de los mejores institutos y el costo de un año de estudio de posgrado. Los costos son notablemente más bajos que cualquier otro de los países desarrollados y los institutos son de irrevocable calidad.

 

A nuestra Presidenta, cuando recibió a su par de la India, le dijimos "tenemos que hacer un convenio". Y lo conseguimos. Vamos a tener que colocar ahí muy buenos profesionales para que entiendan el mundo asiático, que es hacia donde se desplazan gradual, pero inexorablemente, los centros de poder en el mundo. En el libro del Segundo Mundo se dice que la disputa por la hegemonía mundial va a estar entre Estados Unidos, la Unión Europea y China. No sé si los japoneses están contentos con esto, ni siquiera Brasil, pero que Asia va a ser un actor central en esta economía nueva, en esta economía más inteligente, lo va a ser. Y nosotros somos geoeconómicamente del Asia Pacífico. Por lo tanto, tenemos que entrar en el mundo del futuro, en el que éste es un dato central, estratégico, para Chile. Piensen ustedes que California está ubicada en el Hemisferio Norte, igual que China, un poquito más arriba, pero lo que quiero decir es que si hacemos Chile-California, tenemos que hacer también, a lo mejor, Chile-India.

 

Comentamos con el Ministro Gordon Brown, en Inglaterra, para hacer un convenio con los centros tecnológicos más importantes de Gran Bretaña. Y ya tenemos una reacción de ellos, están muy interesados y entusiasmados en hacer estos centros de excelencia y que la gente salga, se refresque, se cuestione, se pregunte, se sienta insegura y replantee la forma cómo mirar el mundo.

 

Los que han hecho doctorado afuera -aquí hay varios-, pueden ratificar, como me sucedió a mí, el cambio de perspectiva de la vida que significa. Por lo tanto, debemos tomar un atajo para garantizar el ingreso al Primer Mundo. Y si la calidad de la educación va a aumentar muy lento, tenemos que permitir que nuestros hijos salgan a renovarse, a cambiarse y a hacerse más creativos.

 

Desventajas

 

Ahora, si entramos en lo específico -y recordamos que no somos Brasil, que es un país que si quisiera, aunque no lo hace, podría tener una dimensión en el mundo de tal envergadura que puede plantearse casi-casi a sí mismo- debemos reconocer que tenemos dos desventajas fundamentales. Estamos demasiado lejos, en el fin del mundo, y somos demasiado pocos. Por lo tanto, nuestro mercado es muy pequeño.

 

Geografía e integración

 

¿Cómo hacer, entonces, para enfrentar ese dilema? Lo más obvio es reconocer una cosa, no hay un factor más importante a considerar en un proceso de desarrollo que la geografía. La geografía es el único factor inamovible en el destino de una nación. Por lo tanto, para nosotros el tema de América del Sur y de América Latina es fundamental, central. Y quiero decirlo muy tajantemente, vamos a estar en todas las instancias de integración de la región persistentemente y permanentemente. De hecho, pronto vamos a Brasilia acompañando a la Presidenta en el acto constitutivo de UNASUR.

 

Al mismo tiempo, tenemos que pensar que el Estado, también, como dicen los americanos, "An old dog desn't learn new tricks" (un perro viejo no aprende tretas nuevas), y una de las cosas que he estado mirando -comparando la integración europea con la integración latinoamericana-, y las cifras me preocupan. Los procesos de integración empezaron, los dos, hace cincuenta años.

 

Y tomemos un solo indicador: ¿Cuánto del comercio total que hace en Europa, hoy día, se hace entre los países europeos, y cuánta es la cifra equivalente en América Latina? En Europa es superior al 70%. Probablemente, 75% del comercio total que hace Europa, lo hacen entre ellos. ¿Por qué? Porque se integraron de verdad.

 

Después de 50 años en América Latina, ¿cuánto del comercio total de América Latina lo hacemos entre nosotros? 17%. Algo no estamos haciendo bien. Algo en nuestro enfoque nos genera ruidos. A lo mejor, somos demasiado juristas. Pensamos siempre en hacer documentos y tratados jurídicos impecables, y después nos falla la implementación.

 

Continente olvidado

 

Es por esto que tenemos un desafío enorme en el reflote de la integración. Y quiero ser provocativo, porque el otro de los libros de los que he estado pendiente se llama "América Latina: Continente Olvidado", escrito por el editor de Las Américas de la revista The Economist. Es un gran libro, muy provocador y muy interesante. Se los recomiendo.

 

¿Por qué continente olvidado? Dice el editor, muy realista y crudamente que lo que pasa es que la atención de los países desarrollados está en otra parte. Está en África, por sus tragedias y carencias. Está en Asia, por los centros económicos. Está en China, porque es una tremenda potencia que irrumpe, con una creatividad espectacular en el escenario internacional. Está en el mundo musulmán y en el Medio Oriente, por muchas razones, pero por una razón muy particular, especial y urgente, como es el problema del terrorismo.

 

Entonces, este autor dice: ¿Qué ocurre, entonces, con América Latina? Bueno, América Latina no es suficientemente pobre para prestarle toda la atención. No es suficientemente peligrosa como algunos de los países del Medio Oriente. Tiene sus problemas. Hay líos acá y allá, como el narcotráfico. Pero, no es suficientemente peligrosa. No es tan exitosa económicamente como para decir: "Vamos a América Latina", y como para atraer la atención de los grandes centros de poder mundial, sobre todo, de las grandes empresas multinacionales.

 

Bueno, el desafío es conocer esta realidad y la constatamos cuando vamos a foros de carácter internacional, donde la gente tiene muy buenas palabras y seguro se da cuenta que no estamos en el centro de las cosas. Por tanto, yo creo que nosotros tenemos que ser muy francos y entender que si la geografía es el factor determinante, tenemos que remecerla, para que los procesos de integración, de verdad, se enfoquen en lo que deben integrar.

 

Integración energética

 

Miremos a Europa. Lo hemos estado viendo. La comunidad que apoya el acero, fue la primera etapa. Integración energética, diríamos hoy.

 

¿Qué integración energética tenemos en América Latina? Tenemos países superavitarios de energía, y están todos alrededor nuestro, y tenemos países deficitarios, algunos tan importantes como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y varios otros. ¿Qué pasa que no se juntan los que tienen exceso con los que tienen carencias? ¿Cómo no hay un precio que aclare ese mercado o un tratado jurídico que atraiga a tiempo las inversiones para resolver este problema? Obvio. Europa comenzó por ahí, y nosotros todavía no comenzamos ni por verlo.

 

Integración física

 

Sucede algo similar con la integración física. Hace unos diez años o más, el entonces Presidente Cardoso de Brasil convocó a una reunión de Presidentes en Brasilia, para desarrollar la actual Iniciativa de Integración Física. ¿Cuántos de los corredores bioceánicos se han concretado de los diez? ¿Qué es lo que hemos hecho? Hablamos con el Presidente Lula, cuando vino a Chile, y con la Presidenta Bachelet. Con el Presidente Evo Morales fuimos a La Paz y dijimos: "Aquí hay un corredor que lo vamos a terminar de aquí al 2010", que une al Atlántico con el Pacífico. Y sí lo vamos a terminar. Porque las burocracias en cada país son lentas, etc.

 

Reducción de las desigualdades

 

O sea, Energía, Integración física y, tercero, compartir experiencias en la reducción de las desigualdades, que es la tarea más difícil de todas para América Latina.

 

Este es nuestro talón de Aquiles, porque constituimos el continente con las mayores desigualdades de ingreso y riqueza. Este es uno de los factores clave para explicar la alta rotación de gobiernos de distinto signo, los repetidos conflictos sociales, y la percepción de inseguridad en la vida cotidiana por los altos niveles de criminalidad

 

El ejemplo de la Unión Europea

 

Ahora vamos a ir a la reunión con la Unión Europea, la próxima semana en Lima. El tema que vamos a llevar nosotros, como Gobierno de la Presidenta Bachelet, es invitar a compartir las experiencias con Europa. Porque Europa tiene muchos problemas y, a lo mejor, ellos mismo se ven más críticamente de lo que uno los ve, pero es la experiencia más exitosa contemporánea. Hay un buen número de países ahí. No está ni Portugal -que estaba al comienzo-, que estaba, justamente, como un país del segundo mundo, prácticamente. Es decir, país de ingresos medios que en veinte años, 25 años, ya anunciaron estas medidas.

 

Por lo tanto, tenemos que aprender de la experiencia de Europa, de las discusiones que tiene Europa hoy con los fenómenos parecidos de crecimiento de la población, el aumento del número de cargos usados por una mujer, por lo tanto, necesidades de un sistema de cuidado infantil extendida, inseguridad de la clase media.

 

Ustedes reciben las cuentas todos los meses. Yo también. Cómo sube la cuenta de gas, de luz, las contribuciones de bienes raíces. La inseguridad que se genera en la clase media, en una economía globalizada, no se atribuyen a los precios ni de energía ni de los alimentos. Y, por lo tanto, contribuir a la creación de una red de integración social para la gente va a mantener la credibilidad en que en este camino que estamos -que, todavía vienen algunas etapas difíciles-, vale la pena recibir insistir y empujar el carro en una misma dirección.

 

Propósito nacional

 

Por eso yo quisiera terminar, simplemente, redondeando de la siguiente manera: Creo que el dilema de Chile y el de muchos de estos países pequeños y medianos, y que están distantes de los centros de poder, no es muy distinto -lo he dicho otras veces- a los que tienen países como Nueva Zelanda, Finlandia, Noruega, Irlanda, etc.

 

Hemos hecho un proyecto de estudio sistemático sobre cómo recorrer la mitad del camino que ellos recorren. Cómo convertirnos, como ellos, en una sociedad del conocimiento educada.

 

Además de lo que he dicho anteriormente, hay una cuestión que es obvia. Esos países debieron hacer las cosas bien, decidieron no hacerlas mediocremente, no hacerlas chapuceramente, no hacer las cosas mal, no ahogarse en la burocracia, que no tiene la capacidad de hacer las cosas en los tiempos requeridos en un proceso de globalización. La gestión del Estado debe mejorar, hay que optimizar la gestión las escuelas. En los hospitales hemos tenido ejemplos lamentables recientes y lo mismo ha sucedido en el transporte público.

 

Tenemos una inmensa tarea, y tenemos que aprender de los otros. Pero, sobre todo, mantener un propósito nacional persistente, perdurable y continuo. Y lo que nos está faltando -y que les ha faltado a varios países de ingresos medios parecidos a nosotros en nuestra región o más allá de la región-, es que ante esta necesidad de perdurar con un proyecto nacional coherente, se va produciendo un deterioro de la calidad de la política, una exasperación por el estado de las cosas y sin darnos cuenta, empezamos a marcar el paso.

 

La oportunidad de Chile

 

Si uno ve la curva de distribución de los ingresos per cápita de los países y cómo se agrupan, va a ver que hay pocos países desarrollados, y hay una importante cantidad de países medios que no logran dar el paso. Y eso es lo que a mí, personalmente, más me preocupa. Porque Chile nunca había tenido la oportunidad que ha tenido hoy.


Los que vienen de atrás, hijos, nietos, no nos van a perdonar jamás que, habiendo estado tan cerca de darle un gran destino a nuestro país, nos perdimos en la media, nos perdimos en el ruido, nos perdimos en el efecto mediático. Nos enredamos una vez más.

 

Los think thank

 

Por eso creo que tenemos que prepararnos. Es lamentable que los diputados no se entiendan entre sí, que los senadores se pelean todos los días, que haya burócratas que no saben que las cosas hay que hacerlas bien y rápido. Entonces debemos tener algunos seguros instalados en la sociedad. Curiosamente, algunos de los seguros han surgido casi coyunturalmente, como estas comisiones de estudio que son transversales, que recurren a la gente más talentosa, sin preguntarles de dónde vienen. Están en los think thank cercanos al Gobierno y de oposición. Científicos que nadie los había escuchado, dirigentes sindicales, algunos empresarios pequeños hacen su contribución.

 

Vean ustedes la Comisión de Equidad, porque esta es una gran contribución. Como lo fue antes la Comisión de Reforma Previsional, como lo fue la Comisión que, en su momento, hizo posible la reforma de Justicia.

 

¿Por qué digo esto? Porque si en este país los políticos se pierden en puntos que son diversos, se empiezan a perder respecto del objetivo final. Hay una reserva de talentos, de inteligencia, de ideas, instalados en el nivel profesional que, tal vez, va a ser más capaz de construir acuerdos. De tratar las reservas de buenas ideas. El académico que está en los think thank, es como un surfista que está navegando en su tabla esperando la buena ola y, entonces, alguno tiene estudiado desde hace muchos años la reforma del Estado y nadie nunca lo llamó a ninguna parte. Nadie leyó nunca sus papers, hasta que, de repente, alguien dijo: "aquí hay un fenómeno colectivo. Invitemos a alguien para que participe", y aparecieron tres o cuatro personas que fueron narrando hechos de la realidad, y tenían pensado qué hacer. Nadie sabía de lo que conversaban. Se subieron a la ola estos surfistas. Navegaron exitosamente y lograron que ese Congreso, tan revuelto inicialmente, aplique esas reformas porque había buenas y potentes ideas.

 

Yo espero que con el Consejo de Equidad ocurra lo mismo.

 

Adaptarse a los cambios

 

Yo termino con una sola observación final: ¿Qué países, qué sociedades nacionales, qué empresa tienen una mejor probabilidad de permanecer en el mundo globalizado, en un mundo en cambios permanentes acelerados y permanentes? ¿Quiénes son aquellos que tienen una mayor capacidad de adaptación ante los cambios que vienen?


Eso es lo que hay que considerar en estos tiempos.

 

Por lo tanto, este es un llamado de atención. Cuando estábamos en Italia se estaba formando un partido nuevo, un partido democrático, y el alcalde de Roma nos decía que la política va a la cola de los cambios. La política es muy lenta. Conseguir un acuerdo en el Congreso toma mucho, a veces años, y los cambios no tienen esa velocidad. Son muy rápidos. Y, por lo tanto, éste es un tema de reflexión: ¿Cómo hacer para tener una mayor capacidad, instalada en la sociedad, que nos alerte de los cambios en el momento oportuno; que recoja a los talentos en el momento oportuno y los ponga en función de cortar los nudos que nos pueden impedir pasar del Segundo Mundo al Primer Mundo? Desde luego, el Primer Mundo es un ideal pero, mal que mal, por primera vez en la historia, está a nuestro alcance.

 

Creo que sería insensato de nuestra parte, no recurrir a lo mejor de nosotros mismos para tratar de completar el camino.

 

Gracias.