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Sábado, 31 de mayo de 2014 
La Tercera
Heraldo Muñoz: "Chile debería promover puentes por sobre las diferencias de América Latina"
El canciller defiende su propuesta de generar convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur.
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por Francisco Torrealba, Ciudad de México

Alianza del Pacífico acoge propuesta de Chile y acuerda reunión con cancilleres del Mercosur
Ayer en la mañana, en un alto en la seguidilla de reuniones que tuvo con los cancilleres de la Alianza del Pacífico, el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, le envió un mail a la Presidenta Michelle Bachelet para informarle del éxito de sus gestiones tendientes a acercar posiciones entre ese bloque y el Mercorsur.

Horas después, y casi a modo de celebración, el ministro y los cancilleres de Perú, Eda Rivas; de Colombia, María Angela Holguín, y el anfitrión, José Antonio Meade, almorzaron junto al Presidente de México, Enrique Peña Nieto. Los ministros acababan de pactar una cita, probablemente a fines de julio, en Colombia, con sus pares del Mercosur, para dar el primer paso del camino propuesto por Muñoz.

Ministro, más allá de la resolución, usted ha planteado que Chile ratifica su compromiso con la Alianza del Pacífico, sobre todo como una puerta al Asia Pacífico, pero también resalta la cercanía con Sudamérica, específicamente con el Mercosur. ¿Se pueden hacer bien ambas cosas?

Yo creo que sí. El compromiso nuestro en la Alianza del Pacífico es en dos dimensiones. Primero: integración económica propiamente tal entre los países y luego en la proyección hacia la región del Asia Pacífico como el desafío del futuro. Pero creemos que para proyectarnos al Pacífico tenemos que proyectarnos todos, no tiene sentido que sean sólo los de la Alianza del Pacífico. Si queremos ser un país puerto, tenemos que serlo para los demás, para Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y, por lo tanto, ese es el desafío de avanzar en una convergencia con los otros países que son importantes para Chile. Acá no se trata de una cuestión ideológica, sino que de una visión pragmática de cómo avanzamos sin estar de espaldas uno a costa del otro.

Usando una expresión coloquial, ¿eso no es querer estar bien con Dios y con el diablo?

No, porque Chile ha tenido una estrategia de desarrollo de apertura al mundo. Nosotros hemos buscado todas las oportunidades para crecer, para buscar empleo y para sustentar políticas públicas que eliminen pobreza y desigualdad, y para eso tenemos que aprovechar todas las oportunidades, con pragmatismo.

Chile no es miembro pleno del Mercosur. ¿Por qué promover que otros países se vinculen con ese bloque si ni siquiera nosotros estamos tan convencidos de ser parte?

Porque no estamos hablando de una fusión, sino que de un diálogo que permita ver si podemos avanzar también en algunas materias, como la facilitación del comercio, la integración física, la cooperación sanitaria y fitosanitaria, intercambio de becas, circuitos integrados de turismo. Todas estas son materias posibles de realizar, sin perjuicio de que nuestras posibilidades de avanzar en liberalización del comercio, movilidad de personas y otros aspectos dentro de la Alianza sean a un ritmo más intenso.

¿Es muy utópico pensar en algo así?

En esto hay que ser realista. No creo que sea tan factible, porque hoy lo que predomina en América Latina es la diversidad. Hay políticas económicas muy variadas, pero lo que Chile ha postulado con la Presidenta Michelle Bachelet es que Chile debería promover puentes por sobre las diferencias de la región, por sobre esa diversidad, que es legítima.

En medio de esta gira pudo conversar con la canciller Rivas, de Perú. ¿Hablaron de la posibilidad de concretar la reunión del "2+2" que está pendiente desde marzo?

No, hablamos sólo de dos temas: de la Alianza del Pacífico, de las ideas nuestras que traíamos y del TPP, y quedamos de continuar la coordinación que tenemos en el TPP. Quedamos de abordar en una reunión que vamos a tener en Paraguay, por la OEA, los temas bilaterales, el 2+2 y todo lo demás.

¿Por qué ha costado tanto hacer esa reunión?

Por distintas razones. Hay un conjunto de factores, hay que alinear la agenda de cuatro ministros, hay que ver que eso sea en el momento más apropiado. Acá no hay una cuestión de fijar una fecha o de falta de voluntad de hacerlo, sino que hacerlo en el momento propicio, y lo vamos a hacer.

¿No influye el que Perú no haya avanzado todo lo necesario en la implementación del fallo?

Nosotros somos respetuosos de lo que está haciendo Perú para lo que se ha comprometido a hacer: cambiar la normativa interna para ajustarla a la Convemar, como está establecido en el fallo y en la declaración conjunta del 2+2 en los párrafos tres y cuatro.

En relación con Bolivia, todo indica que se va a impugnar la competencia de la corte en la contramemoria.

No puedo afirmar eso para nada, porque la Presidenta no ha tomado ninguna decisión al respecto y, de hecho, ella espera convocar a las comisiones de Relaciones Exteriores del Congreso antes de decir, primero, si se impugna a la corte y, segundo, si se llegara a decidir ese camino, cuándo va a ocurrir. Ninguna de las dos decisiones se ha tomado, aunque hay un clima en las consultas que se han hecho que se inclina a impugnar la competencia de la corte.

¿A qué se refería cuando dijo que hay que acabar con el mito de que Bolivia no tiene una salida al mar?

Mucha gente no lo conoce, pero Chile le otorga a Bolivia, por el Tratado de 1904, a perpetuidad el más amplio y libre tránsito por nuestro territorio y por nuestros puertos. Eso significa que Bolivia tiene potestad aduanera, que tiene aduanas, que tiene agentes aduaneros en los dos puertos que ha escogido, que son Arica y Antofagasta. Que se ha construido, en los años 50, un oleoducto, y que Bolivia tiene una concesión portuaria para los barcos que llegan a utilizar ese oleoducto. Que construimos un ferrocarril de Arica a La Paz. Que todo el libre tránsito de las mercaderías es absolutamente libre de gravámenes, que no paga IVA, por lo tanto, las condiciones de Bolivia son incomparables con las de otro país mediterráneo y, segundo, son mucho mejores que las de los empresarios chilenos. Eso es acceso al mar, acceso no soberano, pero recuerdo las palabras del ex presidente boliviano Ismael Montes, que dijo que con este acuerdo (1904) ganamos soberanía comercial. Bolivia tiene acceso al mar, lo ha tenido durante 110 años; lo que no ha tenido durante 110 años, y esa ha sido la postura inequívoca de Chile, es una salida soberana.